Proponer preciadas creaciones de porcelana para una audiencia moderna es el objetivo de Lladrò, realidad española cuya sede está en Valencia, comprometida con el diseño, la producción, y la distribución de obras en porcelana. Desde los adornos hasta los ambientadores, pasando por las joyas y lámparas para interiores, la empresa representa un punto de referencia internacional en un sector que necesita que sus jugadores tengan una actitud doble: que mire hacia adelante pero consciente de su pasado. Es precisamente en esta aparente contradicción hecha de técnicas ancestrales y de atención hacia los mercados extranjeros, que la empresa española se encaja perfectamente. Las creaciones en porcelana de Lladró son el resultado de un proceso creativo complejo que hunde sus raíces en la génesis de la empresa española. Cada escultura, decoración para la casa o joya, es el resultado de una elaboración artesanal meticulosa que se desarrolla en la única sede de la empresa, es decir Valencia. En la base de cada creación está la idea del autor, su punto de vista. De todas formas, es solo gracias a artistas y diseñadores que las técnicas antiguas de la elaboración de la porcelana llegan a la calidad deseada. Después de haber modelado a mano cada objeto, montando sus partes y creando un conjunto armónico, el proceso de producción de Lladró prevé como fase más icónica la cocción en el horno a 1300° C. El procedimiento reduce la masa de la creación del 15% pero dándole mayor resistencia. Por último, se procede con la decoración a mano con los motivos y los adornos pedidos.
Lladró: objetos de diseño, lámparas y piezas de mobiliario
La gama de productos Lladró es muy variada. Los diseños van desde los adornos llenos de particulares, como The Family Portrait, hasta las esculturas estilizadas de animales, como en el caso de Panther. De todas formas, no faltan complementos elegantes como el espejo Parrot Vanity, o el vaso en porcelana Naturofantastic. La iluminación de los espacios interiores es muy importante, con creaciones capaces de cambiar el estilo, las formas y los materiales. Gorriones Amarillo, por ejemplo, combina el aspecto elegante de un vaso de porcelana con lo de una lámpara de escritorio. Es sorprendente la modernidad de las líneas secas de Mademoiselle Béatrice, lámpara pendiente que utiliza LED de bajo consumo. Lladró incluye una amplia gama de productos como Opuntia Cactus que combina la belleza de la porcelana con la utilidad de los ambientadores. La empresa produce también candelabros y velas de aspecto atemporal. Los diseñadores y los escultores que durante los años han formado parte de Lladró son muchos. Bodo Sperlein, por ejemplo, ha creado para la empresa española las lámparas de techo de la línea Niagara. Jamie Hayón, conocido a nivel internacional por sus piezas de mobiliario originales, colaboró con Lladró realizando las esculturas para la serie The Guest. Friends Wih You, proyecto creativo realizado por Samuel Borkson y Arturo Sandoval III, formó parte de la empresa española por realizar adornos navideños en porcelana y cerámica. La empresa de Londres Committee, en cambio, colaboró con Lladró para la realización de adornos en cerámica de la serie Love, y unas esculturas de animales de la línea Re-cyclos.
La pasión por la porcelana a caballo entre dos milenios
La historia de Lladró empieza en 1953 en una pequeña vivienda en el pueblo de Almácera a las afueras de Valencia. En este contexto, los hermanos Juan, José y Vicente Lladró empezaron a crear objetos en porcelana inspirados en las grandes manufacturas europeas. La empresa, si bien en los albores, empieza a hacer suyos los rasgos que la caracterizerán durante todo el siglo XX y el comienzo del nuevo milenio: creatividad, estilo y excelente técnica. Lladró sigue cresciendo en los años 60 y 70, con la incansable búsqueda de un estilo capaz de destacar las creaciones de la empresa con respecto al resto del mercado. Los productos de esta empresa se vuelven aún más complejos, llenos de detalles, capaces de transmitir un mensaje y expresar emociones. Nacen así las primeras series limitadas y elaboraciones en gres de gran calidad. En los años 80 y 90 se alcanza el reconocimiento definitivo a nivel internacional. En 1986 la empresa llega a Japón y a China, mientras que en 1988 abre su primera galería en Nueva York, en el entorno pintoresco de la Quinta Avenida, en Manhattan. El comienzo del nuevo milenio no cogió desprevenida Lladró que reinventa su gama de creaciones gracias a las esculturas en porcelana opaca. La continua obra de renovación fue reconocida en 2002 con el Príncipe Felipe Award, reconocimiento dado en ocasión de la internacionalización de la empresa. La inauguración de dos tiendas de ropa en Moscú en 2006 y en 2009 certifica las ambiciones internacionales de una empresa capaz de combinar pasado y presente.