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Iluminar una habitación es tan importante como amueblarla. La luz permite disfrutar al máximo de los espacios, crear atmósferas sugestivas, y realizar tus actividades favoritas hasta durante las horas nocturnas, como leer un libro, cocinar, reunirse alrededor de una mesa. A veces la iluminación perfecta hace que los espacios cobren vida. Jugando con puntos luminosos diferentes se puede separar visualmente un ambiente de otro sin dividirlos fisicamente. Además, colocar el perfecto aparato luminoso en el sitio correcto permite destacar los detalles, llenar espacio, arreglar el mobiliario, o enfatizar un diseño moderno o clásico que sea.
Además de su función principal, las lámparas de interior se acercan cada vez más al concepto de complementos de mobiliario, puntos focales de un ambiente que le imprimen carácter. Por lo tanto, las lámparas se convierten en objetos únicos y con mucho estilo, capaces tanto de amueblar como de iluminar, dándole a la vivienda, al lugar de trabajo o a una hostelería un signo distintivo, innovador y personal. Entonces, elegir lámparas es una manera de expresar tu propio gusto, tu personalidad y tu creatividad. Si hay que elegir una lámpara, primero hay que considerar el ambiente en el que se colocará el punto de luz y la función que tendrá. Luego hay que elegir el modelo. Hay muchas opciones: lámparas colgantes, de pared, de escritorio, luminarias empotradas o focos, lámparas de piè. Entonces se puede dar rienda suelta a la imaginación eligiendo entre diseños, estilos, formas, practicidad, funcionalidad, colores y materiales diferentes. Un diseño exclusivo nos hará ver el ambiente con otros ojos y valorizará su estilo.
Cada ambiente necesita de un análisis cuidadoso que nos ayude en la elección del sistema de iluminación más adecuado: desde el tipo de aparato hasta su posición correcta, desde la temperatura de color adecuada hasta la valorización de unas zonas más que otras. Tanto el vestíbulo, zona de filtro con respecto al exterior y la primera habitación que se ve cuando se traspasa el umbral de la casa, como el pasillo, tienen que ser suficientemente iluminados para garantizar una entrada y un paso seguro. Lo ideal sería una luz difusa gracias a lámparas de pared. Estas irradian la luz sin quitar espacio a las habitaciones porque focos y apliques decoran la pared sin estorbar ni obstacular el movimiento. Se puede elegir entre las de estilo clásico o moderno, de materiales naturales o de alta tecnología, desde colores discretos y que se mimetizan con la pared hasta unos más llamativos. Además, hay lámparas de estilo minimalista, esenciales, y otras más imponentes que crean efectos visuales en el espacio.
En la cocina, donde la luz es tanto un complemento de mobiliario como un instrumento de trabajo, hay que buscar un equilibrio entre estética y funcionalidad. Tanto en caso de una cocina grande como pequeña, o hasta de estufas, las lámparas de techo representan la opción ideal para valorizar este ambiente. Estas no estorban como las lámparas colgantes y permiten crear atmósferas luminosas muy sugestivas. Si se quieren evocar sensaciones particulares, jugando con luces y sombras, se puede colgar un plafón, o se dibujan formas diferentes en el techo.
El comedor suele representar el corazón de la casa, por lo tanto ¿qué es mejor que una lámpara colgante central para valorizar la mesa alrededor de la que se reune la familia? Sean bombillas pendientes o verdaderas lámparas que bajan del techo nos dan una visual clara del espacio y lo iluminan perfectamente. Estas representan fuentes de iluminación muy versátiles que se adaptan a cada exigencia y que están compuestas por una gama muy amplia de modelos de cada tamaño y forma, con una multitud de acabados, materiales y estilos tanto clásicos como modernos con muy pocas líneas y limpias. Para iluminar cada rincón de un ambiente las lámparas colgantes pueden ir acompañadas por focos, lámparas de pié y lámparas de escritorio.
En el comedor, para crear una atmósfera cálida y acogedora, se puede elegir una lámpara capaz de sorprender hasta a oscuras, pero sin duda alguna, las lámparas de pié son la mejor opción. Estas no solo representan un complemento funcional, sino también el punto focal de la habitación que caracteriza la atmósfera. Siendo una solución móvil se puede desplazar y colocar donde se quiera. Gracias a su versatilidad pueden valorizar los rincones olvidados de la casa creando puntos de luces inesperados. La lámpara de pié se convierte en una lámpara de diseño que si está apagada se parece a una escultura pero si está encendida es capaz de embellecer el ambiente.
En los dormitorios se prefiere una luz difusa, con fuentes luminosas directas hacia unos puntos específicos, como por ejemplo sobre mesitas. Lo mismo ocurre con los despachos que necesitan una fuente de luz directa sobre el plan de trabajo. Una iluminación adecuada nos anima a trabajar, aumenta la concentración y aleja el cansancio. Por lo tanto, es muy importante elegir la lámpara de mesa más adecuada. Tanto que se elija la clásica lámpara de mesilla con una base fija y pantalla de tela, como que se trate de lámparas modernas orientables y con líneas simples, lo importante es que reflejan tu estilo y tus exigencias. Para amueblar con gustos los dormitorios, se pueden elegir lámparas de mesilla con formas de animales o humanas que hacen que los niños puedan soñar despiertos. También en habitaciones como el baño hay que elegir unas luces adecuadas. Se puede optar por un plafón, solución muy eficaz en los espacios grandes, o por lámparas apliques funcionales y atractivas, o se pueden elegir lámparas de espejo que garantizan un correcto aporte de luz que hace que el espacio sea utilizable. Cualquier lámpara de baño quieras elegir, lo importante es que refleja tu propio gusto y que exalte la belleza de un ambiente.
La iluminotécnica demuestra como la luz además de ser un elemento vital para el ser umano tiene un efecto significativo en su bienestar. La iluminación artificial influencia los aspectos fisiológicos y psicológicos de las personas y su percepción del confort en los ambientes de su casa. Por lo tanto, hay diferentes parámetros técnicos que hay que considerar para elegir una bombilla, como el flujo luminoso emitido, la eficiencia energética, la tonalidad de la luz. Según el tipo de fuente luminosa elegida (LED, alógena, fluorescente) cambian los parámetros anteriormente mencionados, en particular la tonalidad de la luz. Esta es fundamental para decidir que tipo de atmósfera habrá en aquel ambiente, que sensación tendrá quien entrará ahí dentro y que caracterizará el tiempo transcurrido en aquella habitación. De hecho, cada persona prefiere tonalidades e iluminaciones diferentes con respecto a su estado emocional y físico, o a la actividad que está realizando. Entonces, quien quiere crear una atmósfera suave, acogedora, envolvente eligirá unas bombillas con una luz cálida. Mientras que quien quiere transmitir sensaciones de limpieza y orden eligirá una luz fría. En general, una luz fría es decir fuerte y directa será perfecta, por ejemplo, en la cocina donde mantendrá el orden, ayudará a preparar comidas sabrosas y a disfrutar de esas; en los despachos o en las oficinas donde es importante centrarse en los detalles y estar concentrados. En cambio, una luz cálida y tenue será algo irrenunciable para los momentos de relax en los dormitorios o en el salón.
Para la sostenibilidad medioambiental, hay muchos proyectos de iluminación que utilizan sistemas vanguardistas LED o con bombillas fluorescentes y alógenas que garantizan el respeto del medio ambiente. Esto está garantizado también por los diseñadores que realizan lámparas ecológicas, sostenibles, de madera natural, acero, plástico, vidrio y otros materiales certificados y que no sean tóxicos. Elegir una lámpara con estas características garantiza el ahorro de energía, el ahorro económico y la durabilidad del producto, pero confiere también al ambiente un toque de belleza y calidad que se refleja en los que lo habitan.
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